sábado, 30 de junio de 2012

Tanto que aprender de ti, capitán

Me ha costado volver. Cuando las cosas no van del todo bien, es como si te olvidases de lo que realmente te gusta. Es difícil salir de una espiral que cada día te atormenta, pero debo decir que hay momentos en la vida que te hacen reflexionar y cambiar el rumbo. Tanto por aprender.

Puede sonar cursi, pero el pasado viernes al escuchar las palabras del eterno capitán en su despedida, me paralicé. Sentimientos encontrados. Emociones a flor de piel. Tantas imágenes en mi mente. Acabo de aterrizar como quien dice en esto. Una de mis primeras entrevistas en la tele fue a Jose Ortiz Bernal. Era una sección en la que se podían conocer los gustos más personales del jugador, su lado humano. Me sorprendió la ilusión y el interés que ponía por cada detalle, el ya ex jugador rojiblanco. Cualquier gesto que para otros puede ser insignificante, para él lo es todo. Otra anécdota fue cuando realizó el sorteo, a través de Facebook, de su camiseta, con un bingo. Sí, de esos que tenemos en casa, sí de esos al que siempre les falta alguna bola y el del capitán no iba a ser menos. ¿Quién hace eso por sus seguidores? Todos sus gestos engrandecen más la leyenda.

La otra tarde volvió a demostrar que se marcha un número uno dentro y fuera del césped. Sin hacer ruido, con la humildad que le caracteriza, pero que poco abunda en este mundo. Sin una palabra más alta que otra, una despedida tan cristalina como su persona.
Por cierto, aquella camiseta del sorteo ahora es mi mayor tesoro.